martes, 4 de septiembre de 2012

Colofón y vuelta.

Lunes, 3 de septiembre.

"Estoy volviendo a casaaaaaaaa.... 
... y todo sigue iguaaaal",

que dice la canción.

El viaje de vuelta no tiene porqué ser un rollo patatero de autopistas y velocidad terminal, de adelantamientos a lo loco y frenéticas curvas que a lo más, pareciera que estamos todos echando una carrera como si Fernando Alonso nos estuviera observando con la intención de ficharnos para su escudería.

No.

La vuelta desde Cordido (concejo de Foz, Galicia) la hago por la carretera de la costa hasta la atura de la N-634, en donde me desvío para tomar esa maravillosa carreterina frondosa y verde como ninguna otra. ¡¡MIRA, MIRA!! ¡¡WILLIAM WALLACE, WILLIAM WALLACE!! ¡¡Williiiaaaaaaaaaaaaaam... un saludo para Viajeros Callejeros por Asturiesssss!! Ay no, leches... ¡¡Un saludo para Viajando Sin Destino!! Y va el tío y sin soltar la espada, me saluda. Momentazo.

Entre curva y curva, pino y pino, y helecho y helecho, recuerdo aún -salivando, por supuesto- la exquisita y suculenta cena de anoche en Lugar Do Sixto. A saber: tosta de cecina de León con queso de cabra y mermelada tomate, con orégano espolvoreado por encima, de primero; de segundo, zamburiñas con gambas al ajillo (la re-pa-no-cha); y de postre, piña natural con reducción de Pedro Ximénez y ralladura de lima. Una copita de Albariño, un chupito de crema de orujo y... ¡¡ay-va... vaya curva!! Vuelvo a la carretera, pero qué gran colofón el de anoche.

Así, hasta Oviedo. Aquí ya me parece excesivo seguir ruteando y pillo la autopista. Directo hasta.... ¿paro?, ¿me desvío, por aquí? ... ... ¿...? 

A más ver.

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