lunes, 3 de septiembre de 2012

Galicia Calidade: IV. Ruediñas e outros.

Sábado, 1 de septiembre.

En la cetárea de Rinlo.
Cuando vine el otro día desde Asturias me detuve en la Playa de las Catedrales para echar un ojo y ver como estaba el percal. E hice un descubrimiento que me lo guardé en la chistera, por si acaso: A Ruta Da Costa.

Es un senderillo más o menos accesible para la bici de montaña que va desde la propia playa mencionada hasta Ribadeo. Son 16 kms., según pone el cartel informativo. Y digo más o menos accesible porque ya estamos con los senderos en los que a un lado hay un acantilado y al otro un campo de ortigas y zarzas. ¡Aouch! Pero igualmente, una pa-sa-da.

"Gran parte del trazado es por carretera", que me dijo la señora de la caseta de información de As Catedrais. Y no le faltaba razón, lo que pasa es que son carreteras hiper-secundarias por las que apenas pasa algún coche y que van atravesando los más pequeños puebliños que te puedas imaginar. Una delicia.

-Perdona, ¿esto es Ribadeo? -me pregunta una señora.
-Sí -la contesto. Y se queda observando el otro lado de la ría admirando tamaña belleza. -Esto es Ribadeo. Aquello de enfrente no -la aclaro viendo lo visto.
-Ah... ¿no? ¡Pensábamos que sí!
Castropol al fondo, desde Ribadeo.
-No... je, je. Esto es Galicia, aquello es Asturias. Esto -insisto señalando con la mano la orilla del río en la que estamos -es Ribadeo, aquello es Figueras y aquello otro, Castropol. Y la ría, que separa las 2 comunidades y que hace frontera.
-Ahhhhh... ¿¡Eres de aquí!? -me pregunta gratamente sorprendida.
-No, soy de Madrid -digo sonriendo.
-¡¡Anda, como mi marido!! Mira Juan, este chico es de Madrid, como tú. Yo no; yo soy de León. ¡Es tan bonito! Sólo nos falta el mar.
-Sí, es muy bonito. Lástima esos inviernos tan crudos que...
-¡¡Ah no!! -me interrumpe. -¡¡Mientras haya una buena lumbre y un cuerpo al que arrimarse vale!! -dice mirando al marido con ojillos de 'verás tú esta noche' mientras se daba ella solita un abrazo.
-Bueno...
-Pues muchas gracias, joven. Muy amable.
-De nada. Que tengan buen viaje.
-Igualmente.

En As Catedrais es feliz.
De regreso vuelvo a pasar por pueblos y acantilados. Le pregunto a un viejiño que está sentado en un poyo viendo la vida pasar si voy bien por aquí a Las Catedrales. Y me pregunta, ¿te gusta el partido? Y yo balbuceo, entendiendo que se refiere genéricamente al fútbol, Mmmmssssii... Y me pregunta, ¿Quién juega hoy? Y yo, ni idea. Y se echa a reir a carcajada limpia. Me ha vacilado de mala manera, je je. Sí, siga to reito e chegará a As Catedrais. To reito. Non tie perdida (o algo así me dice). Graciaaaaasssss, ji ji, le digo con risilla histérica que el simpático anciano me ha contagiado. Pedaleo y allí le dejo tronchándose de la risa. Qué majete el abuelo.

Llego de nuevo a la playa de los Xuncos -que es donde he aparcado el coche- y de allí voy a la de Las Catedrales. Luego, igual que el día anterior pero hoy en bici, me acerco a Arealonga.  

Miro. Todo sigue igual que ayer. Sin novedad en el frente.  :-)

Y me vuelvo.

Y llego al coche. 

Y me bebo todo el agua que tenía. Incluso la que hay en el radiador. Hoy ha pegado el sol de lo lindo, pero no me he dado cuenta porque hacía mucho aire. Estoy rojo-Ross (apunte para los amantes de Friends).

Ducha.
Cena.
Cama.

Mañana... (uf, qué dolor de cabeza)... 

Agua. Más agua. Mucha agua. Hidratación a tope.

A más... ¡choooofff! ... ver.

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