Lunes, 13 de agosto.
Llanes a tope. Y a tope también de gente. Es la semana grande de la ciudad porque el 16 de agosto es su patrón: San Roque (o Gggoque, como diría aquél).
Esta mañana me he pateado la ciudad de cabo a rabo (o gggabo, como volvería a decir aquél). Improvisando. Sin orden ni concierto. No tenia intención de hacer turismo. De hecho, cuando he salido esta mañana mi intención era ir a la playa y por eso no me he traído ni la cámara de fotos. No hay fotos de hoy. Pero mañana, o pasado, vuelvo a hacer la ruta y esta vez no se me escapan ni los edificios emblemáticos, ni los rincones misteriosos, ni los acantilados, ni las casas del cine español.
[aki va una foto...]
Después de patear, perder mi vista en el azul y acuoso horizonte, sudar con el calor pero refrescarme con la brisa marina que viene, que sube, que baja del fondo del mar... empiezo a buscar sitio para comer. Uy, pues es verdad que esto está petao. ¡Bué!, me compro un poco de pan, algo de embutido, un par de cervezas y un poco de fruta en un supermercado y me voy a comer a un arbolado paseo repleto de sombras en las que, al igual que yo, la gente se para a comer. ¿Gente? ¿Qué gente? Pues ni más ni menos que sonrosados y renqueantes peregrinos que, unos a pie y otros en bici(cleta), pasan de esta forma sus vacaciones o el tiempo del que disponen. En el banco de enfrente, una joven pareja de franceses encienden un hornillo y, mientras él va a la compra, ella cuece un poco de arroz que mezclarán, posteriormente, con atún de lata y unos pimientos rojos, también de lata. Por un lado me dan envidia; por otro, nada de nada.
Me doy un paseo con el coche por los alrededores de Llanes y descubro...
Ceno, me van a disculpar por semejante atrevimiento, en una pizzería. Venir a Llanes y no cenar algo típico es como pecar de muerte-mortal, pero el pueblo está hasta la bandera, ¡¡señores!! Mientras espero, suena música típica asturiana: "7 Days", de Craig David. Tela.
Y seguimos cagándola: la cara de gili que se me ha debido quedar cuando me han traído el plato de pasta que me voy a zampar de una pinchada. "Debe ser el aperitivo...", he pensado. "Pues va a ser que no. Mierda, me he metido en uno de esos sitios de cocina de diseño, en el que te ponen un plato tan grande como la mesa pero con un mojoncillo de papeo en el centro...". Ridículo. Han debido ser 8 tallarines cortados, 4 langostinos -que para ser justos estaban riquísimos- y un poco de tomate. Mañana me voy al Gino's a ponerme hasta el culo.
Ahora, castigado sin postre. ¡Ale, levanta y vete a por una porción de empanada y un culín de sidra!, porque si no esta noche terminaré viendo la Procesión de las Ánimas...
Me vuelvo a la habitación, a mi Remanso de Paz II. Por hoy, ya está bien.
¿Qué hacemos mañana? ... ...
"¡Ya veremos!", me responde la bici(cleta).
A más ver.
Llanes a tope. Y a tope también de gente. Es la semana grande de la ciudad porque el 16 de agosto es su patrón: San Roque (o Gggoque, como diría aquél).
Esta mañana me he pateado la ciudad de cabo a rabo (o gggabo, como volvería a decir aquél). Improvisando. Sin orden ni concierto. No tenia intención de hacer turismo. De hecho, cuando he salido esta mañana mi intención era ir a la playa y por eso no me he traído ni la cámara de fotos. No hay fotos de hoy. Pero mañana, o pasado, vuelvo a hacer la ruta y esta vez no se me escapan ni los edificios emblemáticos, ni los rincones misteriosos, ni los acantilados, ni las casas del cine español.
[aki va una foto...]
Después de patear, perder mi vista en el azul y acuoso horizonte, sudar con el calor pero refrescarme con la brisa marina que viene, que sube, que baja del fondo del mar... empiezo a buscar sitio para comer. Uy, pues es verdad que esto está petao. ¡Bué!, me compro un poco de pan, algo de embutido, un par de cervezas y un poco de fruta en un supermercado y me voy a comer a un arbolado paseo repleto de sombras en las que, al igual que yo, la gente se para a comer. ¿Gente? ¿Qué gente? Pues ni más ni menos que sonrosados y renqueantes peregrinos que, unos a pie y otros en bici(cleta), pasan de esta forma sus vacaciones o el tiempo del que disponen. En el banco de enfrente, una joven pareja de franceses encienden un hornillo y, mientras él va a la compra, ella cuece un poco de arroz que mezclarán, posteriormente, con atún de lata y unos pimientos rojos, también de lata. Por un lado me dan envidia; por otro, nada de nada.
Me doy un paseo con el coche por los alrededores de Llanes y descubro...
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| Panorámica de la Playa de Ballota. |
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Ceno, me van a disculpar por semejante atrevimiento, en una pizzería. Venir a Llanes y no cenar algo típico es como pecar de muerte-mortal, pero el pueblo está hasta la bandera, ¡¡señores!! Mientras espero, suena música típica asturiana: "7 Days", de Craig David. Tela.
Y seguimos cagándola: la cara de gili que se me ha debido quedar cuando me han traído el plato de pasta que me voy a zampar de una pinchada. "Debe ser el aperitivo...", he pensado. "Pues va a ser que no. Mierda, me he metido en uno de esos sitios de cocina de diseño, en el que te ponen un plato tan grande como la mesa pero con un mojoncillo de papeo en el centro...". Ridículo. Han debido ser 8 tallarines cortados, 4 langostinos -que para ser justos estaban riquísimos- y un poco de tomate. Mañana me voy al Gino's a ponerme hasta el culo.
Ahora, castigado sin postre. ¡Ale, levanta y vete a por una porción de empanada y un culín de sidra!, porque si no esta noche terminaré viendo la Procesión de las Ánimas...
Me vuelvo a la habitación, a mi Remanso de Paz II. Por hoy, ya está bien.
¿Qué hacemos mañana? ... ...
"¡Ya veremos!", me responde la bici(cleta).
A más ver.
Eeeeh...! Yo había puesto un comentario en esta entrada, ¿ande está?
ResponderEliminarBueno...¿por dónde andas tú, que no sabemos nada de tí? Supongo que eso significa que te lo estás pasando bien.
Un abrazo fuerte...