viernes, 10 de agosto de 2012

Cantabria Infinita: III. Berria y El Dueso.

Jueves, 9 de agosto.

Suena Phil Collins, el álbum "Face Value".

Pruebo uno de los tomates que han puesto en rodajas para desayunar y... ¡¡qué deliciaaaa!! Ya se me habían olvidado los maravillosos sabores de lo auténtico. Mmmm, qué rico...

Hoy he vuelto a Ajo para ver qué se cuece a la luz del día y sigo pensando que... sin comentarios.

Huyo despavorido.

Me voy hacia el otro lado de la costa y termino en la Playa de Berria, en Santoña. Esta playa no tiene nada que ver con la otra, la del Paseo Marítimo. Es una de las playas mas frecuentadas por los surfistas de la zona, buscando la ola perfecta, no en vano es una arenal de unos 2 kms. aproximadamente que recibe un fuerte oleaje.

Paso la mañana disfrutando del agua, del sol escondido tras una tímida neblina y de las espectaculares vistas de El Penal de El Dueso.

El Monolito de Los Mayas (o un
simple respiradero de un parking).

Mientras papeo, la radio vocifera "ya queda menos para septiembre y bla, bla, bla..." y de pronto un escalofrío recorre mi cuerpo, y me siento preocupado, incómodo y con un extraño sabor agridulce en el alma. No debiera ser así. Lo bueno de viajar sin destino es que lo puedes aplicar también a tu VIDA.

Me pongo las pilas con conclusiones como ésta. En septiembre ya veremos por donde sale el sol... si es que sale y la profecía de Los Mayas no se cumple. ¿O era en diciembre? ...

¡Cómete el postre!

Por la tarde vuelvo a Laredo. Me ha gustado la Playa de La Salvé, en la que estuve el otro día. Me pego un baño, me quedo adormilado escuchando el sonido del mar y cuando despierto, me vuelvo a la Posada, con mi amigo el posadero y su señora, la señora Posadera (uy, eso ha sonado fatal...).

Ducha.
Cena.
Duerme.

(esto me recuerda a la peli de Ryan Murphy: "Come, reza, ama". Es lo mismo, pero en Cantabria).

Mañana iré a donde mis pies me dirijan.

A más ver.

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