sábado, 18 de agosto de 2012

Asturias, Paraíso Natural: II. Bici y Andrín.

Martes, 14 de agosto.

Pues ya te digo si la bicicleta ha respondido. Tanto, que la he hecho caso y me la he llevado de paseo. ¡Y qué contenta se ha puesto!

Aquí la bici, aquí unos amigos.
Es temprano, como debe ser cuando se coge la bici: las 12 de la mañana. ¡Ahí es ná! (esto es ironía, claro. Si hay algún niño o alguien poco ducho en la materia que esté leyendo estas líneas, esto es lo que nunca se debe hacer; coger la bici a estas horas es lo peor que hay, pero como voy a la improvisación asumo que moriré de calor).

El caso es que, aunque las bicicletas sean para el verano, si hace demasiado calor lo suyo es buscar una ruta en la que no apriete demasiado el solete. Y no ha sido, ni de lejos, lo que he conseguido hoy, pero me da igual porque ha merecido la pena.

He seguido las recomendaciones de un folleto y de un paisano que, entre el uno y el otro, me han llevado a subir por la carretera en vez de por el camino preparado para el ciclo-turismo. Pero insisto en que me ha dado igual porque he podido admirar paisajes que de otra forma no los habría descubierto. La Senda Costera, la llaman. Pues bien, he subido hasta el campo de golf que está en la parte superior de Llanes y, desde el mirador de La Boriza, he contemplado las playas de la Ballota y de Andrín -que son las mismas que vi ayer, pero esta vez desde la bici- y después de tomar aire y descansar, he bajaaaaaaado hasta la playa de Andrín para pegarme un buen baño y comerme el bocata que me había preparado.

Deliciosa la bajada.
Playa de Andrín (el mirador está en la
esquina superior izquierda.)

Deliciosa la playa.

Delicioso el bocata.

Deliciosa la siesta...

... y después de este relax, ¡ay!, a mi trasero no le apetece nada volver a sentarse en ese pequeño y duro asiento de la bici. Pero claro, no lo voy a quitar, jeje...

La vuelta la hago por otro camino, que lleva a la carretera que está en obras, pero aparezco en un santiamén en la rotonda de La Pereda, que me lleva a la casa rural.

Mañana a otra cosa, mariposa. O no, ya veremos.

Y miro de reojo a la bici...

... y la veo como sonríe socarronamente.

A más ver.

1 comentario:

  1. Hooombre, por fin la has sacado a estirar las ruedas...qué envidia, viendo el mar y fresquito...vete fichando sitios y rutas, que tu y yo tenemos pendiente una salidita por ahí.
    Lo de las rutas costeras debe dar juego, me suena haber visto varios tramos en otros sitios, siempre por acantilados vertiginosos y playas paradisiacas...
    Yo, ayer, tuve que rajarme a mitad de ruta: lo nunca visto, tres pinchazos y cuarenta grados (claro, se me hicieron las cuatro de la tarde en plena ola de calor); qué paliza...

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